Autor:Sir Lawrence Alma Tadema
Fecha: 1868
Museo: Museo del Prado
Características:130 x 360 cm
Técnica: Óleo
Procedencia: Donación Ernesto Gambart,1887.
Lawrence Alma Tadema
En 1862, a raíz de un viaje a Londres en el que conoció sus museos, cambió su repertorio por escenas del antiguo Egipto. Se casó en 1863 y pasó la luna de miel en Italia, donde hizo numerosos apuntes y fotografías, especialmente en Pompeya y Herculano. La Antigüedad clásica sería, a partir de entonces, su tema preferido. Sus pinturas ofrecen una visión de la Grecia y la Roma antiguas: en ellas representa bellas mujeres y preciosas escenografías, llenas de mármoles. Emana de ellas una gran sensualida
En 1864 conoció en París al marchante Ernest Gambart, quien dio a conocer sus obras en Bruselas y en Londres. En 1870, a raíz de la muerte de su primera mujer, se trasladó a Londres.
Olvidado durante décadas en una época en que las vanguardias y los istmos hacían furor en Europa, su obra ha recibido un nuevo interés por parte del público a partir de los años setenta del pasado siglo, sirva de ejemplo que cuadros como El hallazgo de Moises (1904) no halló comprador en estos años. Sin embargo, el mismo cuadro se vendió en 1995 en la sala Christie´s de Londres por 1.562.500 libras y en 2010, de nuevo subastada esta vez en Sotheby´s, por 35,9 millones de dólares. Sus lienzos, escapistas, sin duda, nos trasladan a un pasado hedonista, lleno de luz y sensualidad, y constituyen un verdadero goce para los sentidos.
El pintor que ayudó a Hollywood.
Lawrence Alma-Tadema reflejó el mundo antiguo con tanto detalle que Cecil B. DeMille y otros directores de cine se inspiraron en sus obras.
Fue el retratista de la elegancia clásica.
Sus primeras obras se inspiraron en la historia de los francos y merovingios;después se centró en el antiguo Egipto, hasta que la antigüedad clásica se convirtió en su tema preferido. Alcanzó fama internacional: sus espectaculares decorados influyeron en el cine de Holllywood. Sobresalió por su habilidad en pintar flores y superficies reflectantes como metales, cerámica y, sobre todo, mármol. La elegancia de sus escenas arcaicas cautivó en la época victoriana.
1. El formato:monumental.
" La siesta o Escena pompeyana" tiene un formato poco usual: mide 130 por 369 centímetros. Las figuras son enormes, de escala superior a la humana. El autor quiso emular los frisos griegos y romanos y pensó la obra como primera pieza para decorar una gran vivienda burguesa. La antigüedad clásica se convirtió en el el tema preferido de Alma-Tadema desde que pasó su luna de miel en Italia. Allí realizó muchos apuntes y fotografías especialmente en Pompeya y Herculano.
2. Los protagonistas: amantes tras un banquete.
El hombre que reposa en el lado izquierdo podría ser un "erómeno", así se llamaba a los jóvenes que mantenían relaciones amorosas con hombres mucho más mayores que ellos, denominados "erastés" y que, generalmente eran personajes de la alta sociedad, individuos influyentes en la vida social y política. La obra muestra una escena tras un banquete, con la pareja de hombres disfrutando de la música de Afrodita, que, además, les ofrece su protección.
3. El color: natural y relajante.
La armonía que transmiten los retratados también se refleja en la paleta, que, sin perder el brillo de los tonos, se limita a colores naturales.No hay sorpresas ni sobresaltos, la atmósfera es tranquila, sin estridencias ni colores chillones. El marrón de los cojines, por ejemplo, convive perfectamente con el rojo pálido de las flores o con el azul verdoso de la manta. El fondo neutro- de un ocre uniforme- ayuda a que incluso la pincelada más discreta no se pierda en la armonía de la composición.
4. La composición: dividida en dos.
La escultura que está sobre la mesa- al lado del jarrón- divide el cuadro en dos mitades, muy parecidas en cuanto a espacio pero con mayor protagonismo para la parte izquierda. Los dos hombres tumbados también marcan una línea divisoria, en este caso, de manera horizontal. Esta marca se rompe de forma abrupta con la irrupción de la figura de Afrodita en un plano más cercano y tocando la flauta doble: hacia ella se dirige la mirada de los hobres y, además, la del espectador.
5. La música: la flauta doble.
La pintura llegó al Museo del Prado como donación del marchante de Lawrence Alma-Tadema, Ernest Gambart, personaje que tuvo mucho peso en el mercado del arte, pero fue acusado de conductas inmorales y tuvo que renunciar a su condición de diplomático. La obra muestra a la diosa Afrodita tocando la flauta doble. El instrumento, probablemente hecho de hueso de ciervo, tenía una gran importancia en una época en la que se creía que la música tenía un origen divino.
6. El bodegón: casi una foto.